sábado, 14 de junio de 2014

Mi viaje a Irlanda

 

Todo empezó el lunes después de Semana Santa, más concretamente el 21 de abril. Salimos de Sevilla la madrugada del martes a las 6:40 de la mañana. Llegamos a Dublín a las nueve de la mañana, y como era tan temprano no podíamos ir para Westport, por lo que nos quedamos por el centro de la capital, donde estuvimos cinco horas de compras, y luego cogimos un autobús en dirección al pueblo alrededor de las 13.00 horas. Llegamos cuatro horas después, lo que nos resultó algo cansado.

Una vez que llegamos allí nos reunimos con nuestras irlandesas y fuimos para la casas a conocer a la familia y acomodarnos. Posteriormente fuimos al pueblo al ver un partido de fútbol gaélico, fue un partido muy interesante ya que es un deporte diferente que nunca había visto.

El miércoles cuando nos levantamos fuimos a un tour por Westport , el pueblo donde vivíamos. Fue un buen tour, ya que nos mostraron todo el pueblo y nos contaron algo sobre su historia. Luego fuimos a comer en un campo y cuando terminamos de comer nos fuimos a visitar una iglesia y un parque temático. Más tarde nos fuimos al cine a ver The Amagazing Spiderman, fue una buena película aunque costaba un poco seguirla. Cuando terminamos nos fuimos para el pueblo y estuvimos paseando por sus calles. 



El jueves por la mañana fuimos a Galway, una ciudad muy importante de los alrededores, donde realizamos una visita que duró una hora, y luego estuvimos de compras hasta las cinco de la tarde. Volvimos en autobús hasta nuestro pueblo, y allí estuvimos en un polideportivo jugando al fútbol.

El viernes fue para mí el día que más disfruté, ya que por la mañana fuimos a escalar una montaña, lo cual fue muy satisfactorio, y cuando terminamos regresamos cada uno a su casa para cambiarnos y salir por la noche. Concretamente fuimos a una discoteca del pueblo a la que tuvimos que ir en autobús y estuvimos allí hasta las doce de la noche más o menos. Y posteriormente nos fuimos para mi casa Marco, Esaú, Daniel Dorado y Alejandro Camacho con sus respectivas irlandesas, ya que era muy amigas.

El sábado cuando nos levantamos yo me quedé en mi casa y Marco, Daniel y Alejandro se fueron a sus respectivas casas para coger ropa de deporte, ya que ese día teníamos que jugar al fútbol gaélico. Me gustó mucho jugar a ese deporte, ya que nunca antes lo había probado y estuvo muy entretenido. Cuando terminamos nos quedamos por el pueblo dando un paseo hasta las cuatro más o menos, y volvimos a casa para cambiarnos y salir por la noche a un local que habían alquilado las profesoras. Cuando salimos del local fuimos a “Railway” (un lugar donde suelen ir los irlandeses) y llegamos a casa alrededor de la una de la madrugada. 

El domingo cuando nos levantamos estuvimos en la casa, ya que no teníamos actividad por la mañana. La actividad de ese día empezó alrededor de las tres de la tarde y fuimos a hacer piraguas a un río que había en un pueblo cerca ( Newport), fue algo muy divertido pero muy cansado, no sabía que el piragüismo fuera tan agotador. Cuando terminamos nos retiramos a las casa para cambiarnos e ir a casa de Sara Hoogan ( una niña del intercambio), donde estuvimos hasta las diez y media de la noche, ya que al día siguiente teníamos que ir al instituto.

Al día siguiente, como ya he mencionado antes, tuvimos que ir al instituto a las nueve de la mañana, fue algo ameno ya que las clases eran de unos 38 minutos y no eran tan agotadoras. Cuando terminamos el instituto a la una de la tarde fuimos a comer y a prepararnos para nuestra clase de cocina, que tuvimos dentro del centro escolar. Después de elaborar unos pasteles nos fuimos para casa a preparar la maleta, ya que era nuestro último día. Cuando lo tuvimos todo recogido nos fuimos al pueblo, donde habíamos quedado con todos para pasar la última noche juntos. Estuvimos en el pueblo hasta que cogimos el autobús para irnos hacía Dublín, pero antes de montarnos en el autobús fuimos a los coches de nuestras respectivas familias para recoger las maletas y despedirnos de los padres, ya que de las niñas nos despedimos en la puerta del autobús. La despedida fue la peor parte del intercambio, ya que ninguno de los españoles nos queríamos ir de allí ni ninguna de las irlandesas querían que nos fuéramos. Habíamos pasado una semana estupenda, sin problema alguno, y todos habíamos congeniado muy bien. Tras cuatro hora de autobús llegamos a Dublín, y allí en el aeropuerto estuvimos esperando cinco horas para poder coger el avión a las 9 de la mañana. Cuatro horas después, nos reunimos con nuestros padres en el aeropuerto de Sevilla.

En definitiva, creo que ha sido una gran experiencia personal, tanto en grupo como individual, y no creo que sea el único que piense eso.

Adrián Margaritti

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