Mi viaje a
Irlanda
Todo empezó
el lunes después de Semana Santa, más concretamente el 21 de
abril. Salimos de Sevilla la madrugada del martes a las 6:40 de la
mañana. Llegamos a Dublín a las nueve de la mañana, y como era tan
temprano no podíamos ir para Westport, por lo que nos quedamos por
el centro de la capital, donde estuvimos cinco horas de compras, y
luego cogimos un autobús en dirección al pueblo alrededor de las
13.00 horas. Llegamos cuatro horas después, lo que nos resultó
algo cansado.
Una vez que
llegamos allí nos reunimos con nuestras irlandesas y fuimos para la
casas a conocer a la familia y acomodarnos. Posteriormente fuimos al
pueblo al ver un partido de fútbol gaélico, fue un partido muy
interesante ya que es un deporte diferente que nunca había visto.
El miércoles
cuando nos levantamos fuimos a un tour por Westport , el
pueblo donde vivíamos. Fue un buen tour, ya que nos mostraron
todo el pueblo y nos contaron algo sobre su historia. Luego fuimos a
comer en un campo y cuando terminamos de comer nos fuimos a visitar
una iglesia y un parque temático. Más tarde nos fuimos al cine a
ver The Amagazing Spiderman, fue una buena película aunque costaba
un poco seguirla. Cuando terminamos nos fuimos para el pueblo y
estuvimos paseando por sus calles.
El jueves
por la mañana fuimos a Galway, una ciudad muy importante de los
alrededores, donde realizamos una visita que duró una hora, y luego
estuvimos de compras hasta las cinco de la tarde. Volvimos en autobús
hasta nuestro pueblo, y allí estuvimos en un polideportivo jugando
al fútbol.
El viernes
fue para mí el día que más disfruté, ya que por la mañana fuimos
a escalar una montaña, lo cual fue muy satisfactorio, y cuando
terminamos regresamos cada uno a su casa para cambiarnos y salir por
la noche. Concretamente fuimos a una discoteca del pueblo a la que
tuvimos que ir en autobús y estuvimos allí hasta las doce de la
noche más o menos. Y posteriormente nos fuimos para mi casa Marco,
Esaú, Daniel Dorado y Alejandro Camacho con sus respectivas
irlandesas, ya que era muy amigas.
El sábado
cuando nos levantamos yo me quedé en mi casa y Marco, Daniel y
Alejandro se fueron a sus respectivas casas para coger ropa de
deporte, ya que ese día teníamos que jugar al fútbol gaélico. Me
gustó mucho jugar a ese deporte, ya que nunca antes lo había
probado y estuvo muy entretenido. Cuando terminamos nos quedamos por
el pueblo dando un paseo hasta las cuatro más o menos, y volvimos
a casa para cambiarnos y salir por la noche a un local que habían
alquilado las profesoras. Cuando salimos del local fuimos a “Railway”
(un lugar donde suelen ir los irlandeses) y llegamos a casa alrededor
de la una de la madrugada.
El domingo
cuando nos levantamos estuvimos en la casa, ya que no teníamos
actividad por la mañana. La actividad de ese día empezó alrededor
de las tres de la tarde y fuimos a hacer piraguas a un río que había
en un pueblo cerca ( Newport), fue algo muy divertido pero muy
cansado, no sabía que el piragüismo fuera tan agotador. Cuando
terminamos nos retiramos a las casa para cambiarnos e ir a casa de
Sara Hoogan ( una niña del intercambio), donde estuvimos hasta las
diez y media de la noche, ya que al día siguiente teníamos que ir
al instituto.
Al día
siguiente, como ya he mencionado antes, tuvimos que ir al instituto a
las nueve de la mañana, fue algo ameno ya que las clases eran de
unos 38 minutos y no eran tan agotadoras. Cuando terminamos el
instituto a la una de la tarde fuimos a comer y a prepararnos para
nuestra clase de cocina, que tuvimos dentro del centro escolar.
Después de elaborar unos pasteles nos fuimos para casa a preparar la
maleta, ya que era nuestro último día. Cuando lo tuvimos todo
recogido nos fuimos al pueblo, donde habíamos quedado con todos
para pasar la última noche juntos. Estuvimos en el pueblo hasta que
cogimos el autobús para irnos hacía Dublín, pero antes de
montarnos en el autobús fuimos a los coches de nuestras respectivas
familias para recoger las maletas y despedirnos de los padres, ya que
de las niñas nos despedimos en la puerta del autobús. La despedida
fue la peor parte del intercambio, ya que ninguno de los españoles
nos queríamos ir de allí ni ninguna de las irlandesas querían que
nos fuéramos. Habíamos pasado una semana estupenda, sin problema
alguno, y todos habíamos congeniado muy bien. Tras cuatro hora de
autobús llegamos a Dublín, y allí en el aeropuerto estuvimos
esperando cinco horas para poder coger el avión a las 9 de la
mañana. Cuatro horas después, nos reunimos con nuestros padres en
el aeropuerto de Sevilla.
En
definitiva, creo que ha sido una gran experiencia personal, tanto en
grupo como individual, y no creo que sea el único que piense eso.
Adrián Margaritti



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